“Cuando en el silencio toda palabra se olvida
irrumpe delante de vosotros con nitidez.
Cuando lo realizáis, el tiempo deja de tener límites,
y es el momento en que vuestro medio viene a la vida.
Este espíritu maravilloso y extraño brilla de pureza como la luna,
como un río de estrellas, como los pinos recubiertos de nieve
y las nubes que esconden las cimas. Su halo maravilloso luce en la oscuridad.
Es parecido al sueño de la garza que vuela en el cielo iluminado,
parecido al estanque inmóvil de un otoño luminoso.
El tiempo sin límites se resuelve en lo inútil y nada es discernible.
En esta luz todo esfuerzo se olvida”.
El cant de la llum silenciosa del Mestre Wanshi (1091-1157)
La actitud de la mente durante zazen es la actitud de la no-identificación. Durante nuestra práctica de zazen numerosos pensamientos y emociones aparecen, pero hay que observarlos y dejarlos pasar sin agarrarse a ellos, sin perseguirlos, continuando su flujo incesante. Tampoco hay que rechazarlos ni intentar ocultarlos.
En nuestra práctica no hay nada que perseguir ni nada que rechazar. Si obramos así, tanto pensamientos como emociones acaban siendo como nubes en el cielo que pasan, y la conciencia que está más allá del pensamiento y del no pensamiento aparece.
La no-identificación con los propios pensamientos nos permite volver a la condición original, a la realidad de nuestra vida en unión con todo el universo, a la no dualidad.
Al estar en armonía con la verdadera naturaleza de nuestra existencia aparece una gran libertad interior.