Kusen (enseñanza oral durante zazen) impartido por Pedro Taiho Secorún
Hay un pasaje célebre en nuestra tradición que es la historia de Bodhidharma cuando llega a China. Es un punto importante en el que el zen siempre ha puesto mucho hincapié, es una pequeña historia que tiene muchas lecturas. Este pasaje, por ejemplo, se les da a los “sushos” cuando hacen la ceremonia del Combate del Dharma, para que hagan un “teisho”,una conferencia, para que lo comenten.
La historia cuenta básicamente que el emperador de China tiene interés en ver a una persona del cual dicen que es un monje que ha venido de India, al que quiere hacer una serie de preguntas, conocer si tiene alguna enseñanza y ver si es alguien importante. Bodhidharma era un tipo barbudo que venía del sur de India y se encontraba en China, en otra cultura, donde no conocía a nadie ni conocía sus tradiciones, podemos decir que estaba perdido en un país desconocido. Fundamentalmente el encuentro, o lo que se ha escrito de él, son unas pocas preguntas.
El emperador que había hecho mucho por el budismo, había construido templos, había hecho copiar sutras, etc etc. Le dice:
“Sería imposible enumerar todos los templos construidos, los sutras copiados, los monjes liberados, desde que asumí el trono” (liberados quiere decir que estaban a su cargo y podían dedicarse a las labores religiosas sin preocuparse de la manutención, de buscarse la vida).
“Emperador: ¿Qué méritos he adquirido?
Bodhidharma: Ningún mérito en absoluto
E: ¿Por qué no hay ningún mérito?
B: Estos son solo efectos triviales de los seres humanos y de los dioses. La causa es superflua, son como las sombras que siguen a la forma, aunque existan no son la cosa real.
E: ¿Cuál es el verdadero mérito?
B: La pura sabiduría que es sutilmente inabarcable. El cuerpo la recibe de manera natural, vacía y tranquilo. La sabiduría así no es buscada por lo mundano.
E: ¿Cuál es la verdad suprema entre las verdades sagradas?
B: Aquello que es evidente no tiene nada de sagrado.
E: ¿Pero quién eres tú? ¿Quién es la persona que está delante de mí?
B: No lo sé”
El emperador no comprendió nada. Bodhidharma se marchó tranquilamente hacia el norte del país y se sentó durante nueve años delante de un muro, cuenta la leyenda.
¿Cuál es la lectura que quiero hacer hoy? El emperador quiere obtener, entender, clasificar, pero las respuestas de Bodhidharma se le hacen completamente incomprensibles. El emperador no lo reconoce, es un indio barbudo que viene de lejos y dice cosas extrañas.
¿Qué es lo importante? El budismo zen hace hincapié en este pasaje porque el acto fundacional en el que se dice que Bodhidharma transmitió el zen en China no puede ser agarrado por la comprensión, ni por la estrategia, ni por el reconocimiento del emperador, ni por las virtudes de nadie, sino que se asienta sobre la quietud delante del muro. No existían lugares adecuados para la práctica, cuando Bodhidharma llegó a China está completamente solo, no se puede servir de ninguna estructura. El diálogo con el emperador le hace ver que no comprende realmente qué es lo esencial y Bodhidharma se va.
Dogen comentando este pasaje dice “Bodhidharma descansó su bastón”. Dejó de peregrinar, simplemente se sentó, en la quietud de cara al muro. No practicaba la meditación zen. Durante un largo tiempo nadie podía comprender el motivo de aquel sentarse Por ello vieron y escribieron sobre Bodhidharma practicando algo que llamaron la “meditación zen”. Dogen ya apunta aquí un tema que hoy sigue siendo muy actual, ponerle nombre a esto de sentarse, darle un sentido útil. La gente no podía comprender el motivo de aquel sentarse y al final le pusieron un nombre: “meditación zen”. “Se sentó en la quietud de cara al muro, continúa Dogen, pero no estaba aprendiendo “la meditación zen”. Sin libros, sin sutras, era simplemente la verdadera autoridad del dharma correcto”.
No hay nada donde agarrarse, ni siquiera el zen, el budismo ¿Dónde está la verdadera autoridad del dharma correcto?
El Maestro Uchiyama , que fue sucesor de Kodo Sawaki en el pequeño templo de Antai-ji, solía hablar del “zen sin juguetes”, es decir, cuerpo y espíritu despojado de todo. Nuestra mente racional quiere comprender, quiere ordenar, quiere clasificar, nuestro cuerpo emocional quiere calor, quiere cariño, quiere renombre. Sentarse en la quietud de cara al muro es trascender en un instante todo esto.
Hay una frase de Dogen en este mismo texto que dice que “la casa en llamas está más allá del entendimiento, el campo abierto está más allá del conocer”. El pasaje de Bodhidharma siempre ha sido importante para la tradición del zen porque de alguna manera muestra que en la quietud de cara al muro no hay nada sobre lo que apoyarse. El campo se abre más allá de todo intento de agarrar, a esto lo podemos llamar “el misterio de zazen” ¿Por qué no? Es un misterio.