“Nuestra expiración es la del universo entero.
Nuestra inspiración es la del universo entero.
A cada instante, nosotros realizamos así la gran obra ilimitada.
Tener este espíritu es hacer desaparecer la desdicha
y engendrar la felicidad absoluta”.
Kodo Sawaki, 1880-1965
Durante zazen la respiración es esencial. Respiramos de manera tranquila, estableciendo un ritmo lento y natural. La expiración es larga y profunda. La inspiración, más corta, llega naturalmente. El cuerpo se fortalece, el cerebro se refresca y la circulación de la sangre se renueva. Esta expiración lenta, tranquila y profunda limpia las complicaciones del mental. La mente deviene clara como un cielo sin nubes.